Descripción enviada por el equipo del proyecto. El encargo viene de nuestro padre, una persona de setenta y tantos años que aprendió a disfrutar de la soledad con un buen café, y a sentirse pleno cuando puede compartirlo; propone un conjunto rural con 4 casas independientes, pero con espacios comunes, agrega además, anticipándose a sus nietos, áreas versátiles y progresivas; a esta villa la llamará con el nombre del amor de su vida, Carmela.
El lugar responde al idealizado por el mecenas, un solar de 1000 m2, con perfil irregular y topografía favorable, emplazado en el encuentro de una quebrada con el río y próximo a frondosos bosques de pinos y eucaliptos, ubicado en medio de un estrecho valle a las afueras de la ciudad, justo donde se agacha la cordillera para dar paso al sol de la tarde.
La disposición de volúmenes garantiza el programa y se acomoda al contorno descompasado del terreno, la casa del abuelo se pliega paralela a la quebrada y, aislada por un vacío central al que llamaremos luego de patio común, se disponen adosadas entre sí y paralelas a la vía las casas de sus tres hijos.
Para solucionar el antagónico programa, reclamamos un recurso que ya habíamos usado en otros proyectos, el patio, entendido como un vacío con capacidad de enlazar o desconectar los espacios interiores a los que se debe.
Tres tipos de patios con carácterísticas e intenciones particulares; el privado, presente en cada unidad, cercado por mamposterías o paisaje en tres lados y, proyectado hacia el espacio personal por apenas uno de sus planos; el patio común, gestado por la disposición de volúmenes, con 2 planos paralelos primero y tangentes después, proyectados al paisaje, planos con discretas aberturas que los anclan prudentemente al espacio privado; y, el más modesto de todos, pero indispensable, un vacío adosado al patio común sobre el eje geométrico del proyecto, con tres planos compartiendo lugar con la casa del abuelo y, uno dispuesto hacia el centro, el patio del café, el lugar común donde la familia se reunirá.
La construcción debería ser impecable y, junto al programa soportar la progresividad; en la villa se utilizan materiales que han caracterizado nuestro trabajo antes, concreto aparente, acero y ladrillo cerámico artesanal sin revoque, fieles a nuestra filosofía que promulga la honestidad del material como recurso formal; un basamento de concreto sobre el que se disponen mamposterías blancas de texturas imperfectas, luego rematadas por pesadas losas de concreto o, ligeras cubiertas a 2 aguas sin alero, los vacíos son ocupados por cerrajerías modulares de acero y los nichos llenados por finas carpinterías.
La casa del abuelo, con todos cerca cuando así lo disponen, como antes, pero con espacios individuales donde retirarse al final del día; cuatro casas que conversan sin discutir, articuladas y separadas por el mismo recurso.